SANTIAGO,
El Administrador Apostólico de Santiago de Chile, Mons. Celestino Aós, reiteró que el secreto de confesión es "inviolable" y que ante los abusos sexuales la preocupación pastoral "tiene que ser con todos", tanto con las víctimas como con los abusadores.
El Prelado dijo estas palabras a principios de este mes de mayo al reunirse en la Casa de Ejercicios de Punta de Tralca con jóvenes sacerdotes que llevan menos de seis años de ministerio. Estos encuentros se realizan cada año y buscan fomentar el diálogo sobre la experiencia de acompañamiento mutuo, dificultades y bondades del ejercicio ministerial.
En esta ocasión, Mons. Años planteó a los jóvenes presbíteros el desafío de integrar la realidad de la crisis en la vida de fe de las comunidades afectadas por abusos, "graves y abominables", y al mismo tiempo resaltar lo positivo de cada comunidad cristiana.
Consultado sobre cómo acompañar a algún sacerdote amigo que ha cometido abuso o ha dejado el ministerio, el Obispo respondió que ante todo las víctimas siempre deben ser prioridad, "pero los que delinquen también son nuestros hermanos".
"Amar a los que se portan bien es más fácil, pero a los que no, es difícil", dijo el Prelado, quien reconoció que es una "herida dolorosa descubrir el mal en una persona que amamos", sin embargo "no podemos justificar la actitud de un sacerdote porque es mi amigo".