Papa Francisco
La comisión se hizo y ha trabajado por casi dos años. Eran todos distintos, todos sapos de distintos pozos. Todos pensaban diferente, pero han trabajado juntos y se han puesto de acuerdo hasta un cierto punto. Pero, cada uno de ellos tiene su propia visión que no concuerda con la de los otros. Y allí se detuvieron como comisión y cada uno está estudiando seguir adelante.
Sobre el diaconado femenino, hay un modo de concebirlo no con la misma visión del diaconado masculino. Por ejemplo, las fórmulas de ordenación diaconal encontradas hasta ahora, según la comisión, no son las mismas para la ordenación del diácono masculino y se parecen más a la que hoy sería la bendición abacial de una abadesa. Este es el resultado de algunos de ellos, yo estoy hablando un poco de oídas, lo que recuerdo. Otros dicen "no, esto es una fórmula diaconal", pero debaten. No es claro. Había diaconisas al inicio, ¿pero era ordenación sacramental o no? Y eso se discute y no se ve claro.
Sí ayudaban, por ejemplo en la liturgia lo vemos, en los bautismos, que eran de inmersión, cuando se bautizaba una mujer la diaconisa ayudaba. También en la unción en el cuerpo de la mujer. Luego salió un documento en el que se veía que las diaconisas eran llamadas por el obispo cuando había una disputa matrimonial para la nulidad o el divorcio o la separación. Cuando la mujer acusaba al marido de golpearla llamaban a la diaconisa para que esta viera el cuerpo y así testimoniaba en el juicio.
Son las cosas que recuerdo, pero lo fundamental es que no hay certeza de que fuese una ordenación con la misma forma y la misma finalidad de la ordenación masculina. Algunos dicen que hay duda. Sigamos adelante a estudiar. No tengo miedo al estudio, pero hasta este momento no va.
Es curioso que donde hubo diaconisas era casi siempre una zona geográfica, sobre todo en Siria, luego en otra parte no mucho o nada. Todas estas cosas las he recibido de la comisión.
Cada uno sigue estudiando y se ha hecho un buen trabajo porque se ha llegado hasta un cierto punto común que puede servir como aliciente para seguir adelante, estudiar y dar una respuesta definitiva sobre si sí o no, según las características de la época.
Una cosa interesante –ahora nadie lo dice, pero…– algunos teólogos hace pocos años, 30 años antes por ejemplo, decían que no había diaconisas porque las mujeres estaban en segundo plano en la Iglesia. No solo en la Iglesia, siempre las mujeres.
Pero es curioso, en esa época había muchas sacerdotisas paganas. El sacerdocio femenino en el culto pagano estaba a la orden del día. Entonces ¿cómo se entiende que existiendo este sacerdocio femenino pagano con las mujeres no se diese en el cristianismo?
Esto es lo que se está estudiando, pero hemos llegado a un punto y ahora cada uno de los miembros está estudiando según su tesis. Esto es bueno. Varietas delectat.
Alessandro Gisotti
Santo Padre, gracias por su disponibilidad. La conferencia de prensa termina aquí porque el vuelo es breve y dentro de poco se servirá la cena. Gracias a todos por el trabajo grande que han hecho en estos días. Gracias Santo Padre.
Papa Francisco
Pero yo quisiera decir una cosa sobre el viaje. ¿En qué cosas he encontrado más consuelo y me ha tocado profundamente del viaje. Dos experiencias límite. La experiencia con los pobres hoy aquí en Macedonia, en el memorial de Madre Teresa. Había muchos pobres y se veía la dulzura de esas hermanas. Curaban a los pobres sin paternalismo, como si fueran sus hijos. Una dulzura, también la capacidad de acariciar a los pobres, la ternura de estas hermanas.
Hoy nosotros estamos acostumbrados a insultarnos. Un político insulta a otro, un vecino insulta a otro, también en las familias se insultan entre ellos. No me atrevo a decir que hay una cultura del insulto, pero el insulto es un arma a la mano. También hablar a espaldas de los otros, la calumnia, la difamación... y ver estas hermanas que curaban a cada persona como si fuera Jesús.
Me ha tocado una superiora que llegó con un joven valiente y la superiora me ha dicho "este es valiente" y lo ha acariciado así y me ha dicho delante de él: "Rece porque bebe demasiado", pero con la ternura de una mamá y así me ha hecho sentir a la Iglesia madre. Es una de las cosas más bellas encontrar la maternidad de la Iglesia. Hoy la he sentido allí. Agradezco a los macedonios por tener este tesoro en la ciudad de Skopje.
Y luego otra experiencia, también diré límite. Hubo la Primera Comunión en Bulgaria. Es cierto, me emocioné porque la memoria se fue al 8 de octubre de 1944, a mi Primera Comunión cuando entrábamos cantando "Oh santo altar custodiado por los ángeles", un canto bello que seguramente alguno de ustedes recuerda.
He visto a esos niños que se abren a la vida con una decisión sacramental. La Iglesia custodia a los niños, son un límite, deben crecer, son promesa. Y lo he vivido muy fuertemente. He sentido en ese momento que esos 249 niños eran el futuro de la Iglesia, eran el futuro de Bulgaria.
Son dos cosas que he vivido con mucha intensidad. Quería contarles esto y muchas gracias. Recen por mí. Y no quiero irme sin hablar del siglo, no del tiempo, sino de los cien años de los viajes. Son rosas de Bulgaria: un pequeño pensamiento por el viaje número 100. Me dicen que ahora viene el whisky (risas). Buen viaje y muchas gracias.
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