SOFÍA,
El Papa Francisco recordó a san Juan Pablo II y a san Juan XXIII en su primer discurso del viaje apostólico a Bulgaria dirigido a los representantes del pueblo búlgaro, las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático llevado a cabo en la Plaza Atanas Burov de Sofía.
Aquí "la diversidad, en el respeto de las específicas peculiaridades, es vista como una oportunidad, una riqueza, y no como un motivo de conflicto", señaló el Santo Padre.
En este sentido, el Papa aseguró que Bulgaria es un "lugar de encuentro entre muchas culturas y civilizaciones, puente entre Europa del este y del sur, puerta abierta hacia el cercano oriente; una tierra en la que han arraigado antiguas raíces cristianas, que alimentan la vocación que favorece el encuentro en la región como también en la comunidad internacional".
Además, Francisco destacó que su visita "pretende unirse simbólicamente a la que realizó san Juan Pablo II en mayo de 2002 y se desarrolla en el grato recuerdo de la presencia en Sofía, por más de un decenio, del entonces Delegado Apostólico Mons. Angelo Giuseppe Roncalli".
San Juan XXIII "trabajó infatigablemente para promover la colaboración fraterna entre todos los cristianos, y gracias al Concilio Vaticano II, que él convocó y presidió en su primera fase, dio un gran impulso y fuerza al desarrollo de las relaciones ecuménicas", afirmó el Papa.
En esta línea, el Pontífice envió saludos a Su Santidad el Patriarca Neofit -a quien visitará luego-, a los Metropolitas y a los Obispos del Santo Sínodo, y a todos los fieles de la Iglesia Ortodoxa Búlgara.