El 15 de abril del 2019, un voraz incendio afectó la Catedral de Notre Dame. El techo y la aguja fueron destruidos por el fuego, sin embargo las estructuras principales de uno de los templos católicos más antiguos y reconocidos de Europa no sufrieron daños.
La construcción de Notre-Dame comenzó hace más de 850 años sobre las ruinas de dos iglesias anteriores, que se edificaron sobre un templo dedicado al dios romano Júpiter. La aguja central, el epicentro del incendio del 15 de abril, se agregó durante una renovación del siglo XIX. Tardó casi 200 años en completarse.
La primera piedra de la catedral fue colocada por el Papa Alejandro III en 1163, y el altar mayor fue consagrado 26 años después. Asimismo, las torres de 223 pies de altura se construyeron entre 1210 y 1250, y la iglesia se completó oficialmente en 1345.
Las reliquias que guardaba la catedral incluyen una corona de espinas que se cree fue la que usó Cristo antes de su crucifixión, y un pedazo de madera que se cree fue parte de la cruz en la que Jesús fue crucificado. Los informes iniciales dicen que estas reliquias no sufrieron daños durante el incendio.
Este fue lugar de importantes hechos históricos, como la coronación del rey Enrique VI de Inglaterra en 1431, la beatificación de Juana de Arco por el Papa Pío X en 1909. Además ha sido inmortalizada en obras literarias como "El jorobado de Notre-Dame" de Victor Hugo, que en francés se titula "Notre-Dame de Paris".
De acuerdo con la BBC, la catedral escapó a una posible destrucción durante la Revolución Francesa, cuando Napoleón se coronó rey de Francia en 1804. Asimismo, sobrevivió a dos guerras mundiales.