Al llegar de Roma, una de las primeras actividades que realizó el Administrador Apostólico de Santiago de Chile, Mons. Celestino Aós, fue reunirse con las tres víctimas del exsacerdote condenado por abuso sexual a menores, Fernando Karadima.
Tras el encuentro, José Andrés Murillo manifestó que con el gesto del Prelado se "abre un camino hacia adelante y esperamos que se transforme en acciones para todos" los que "han sido víctimas, que han vivido situaciones abusivas en muchos planos y que están esperando un gesto".
"Siempre decimos que las palabras se acabaron, que la Iglesia llegó tarde", que son necesarias las "acciones" pero "la verdad es que esto, de venir para acá, es una acción", dijo agradecido Murillo.
A su turno, James Hamilton destacó que lo primero que hizo Mons. Aós fue pedir "perdón por las faltas cometidas por la Iglesia", "por la falta de acogida y la falta de responsabilidad, eso fue una actitud muy notable y loable".
"Vimos que hoy es el tiempo de la verdad, justicia y reparación. Él siente que hay una deuda infinita que no es salvable con las víctimas y que de alguna manera hay un desafío de cómo generar, enfrentar o cómo iniciar un proceso de reparación", sostuvo Hamilton.
El médico gastroenterólogo explicó que la reparación "es lo único" que devolverá "la confianza a la gente en la Iglesia". "Así que quedamos tranquilos, conformes y, como lo dijimos también cuando tuvimos la visita al Vaticano, lo más importante acá no son las palabras, ni los discursos ni las cartas, sino los hechos concretos de verdad, justicia, reparación y, particularmente hoy, de prevención", añadió.