En Colombia existen leyes y normativas que han permitido la inclusión de la ideología de género en los Manuales de Convivencia de los colegios públicos y privados del país.
El 15 de marzo de 2013 el presidente Juan Manuel Santos aprobó la Ley de Convivencia Escolar o Ley 1620, que creó el "Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para el Ejercicio de los Derechos Humanos, Sexuales y Reproductivos y la Prevención y Mitigación de la Violencia Escolar". En el 2015 fue aprobado el decreto 1965 que reglamenta esta ley.
En un comunicado el Gobierno explicó que con la Ley 1620 se crean "mecanismos de prevención, protección, detección temprana y de denuncia ante las autoridades competentes, de todas aquellas conductas que atenten contra la convivencia escolar, la ciudadanía y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes dentro y fuera de la escuela".
Además, precisó que los "Manuales de Convivencia deberán identificar nuevas formas y alternativas para incentivar y fortalecer el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes".
Posteriormente, tras el suicidio del estudiante Sergio Urrego en el 2015, hecho que habría sido motivado por una supuesta discriminación de los directivos del colegio Gimnasio Castillo Campestre al que pertenecía, la Corte Constitucional emitió la sentencia T-478, que incrementó el alcance de las políticas de género en la educación pública.
Según el fallo, se le dio al Ministerio de Educación un plazo de seis meses para cumplir a cabalidad la Ley 1620 de 2013 y el Decreto 1965 de 2015.
Entre otras exigencias, se pidió implementar "al programa para el desarrollo de competencias ciudadanas, la educación para el ejercicio de los derechos humanos –en particular el derecho a la identidad sexual– e incorporado de manera expresa en los proyectos educativos institucionales de todos los colegios del país".
Además, se dio el plazo máximo de un año para que el Ministerio de Educación haga una "revisión extensiva e integral de todos los Manuales de Convivencia" para respetar la "orientación sexual y la identidad de género de los estudiantes" e incorporar "nuevas formas y alternativas" para incentivar el ejercicio de los "derechos sexuales y reproductivos".
Finalmente, también se pidió al ministerio verificar que los comités escolares de convivencia estén constituidos en todos los establecimientos de educación preescolar, básica y media.
Un año después de la sentencia, en 2016, el Ministerio de Educación dirigido en ese entonces por Gina Parodi, de la mano con la plataforma gay Colombia Diversa, el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas (UNFPA), UNICEF y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, elaboraron un manual escolar que iba a ser implementado en todos los centros escolares del país.
En esos manuales se enseñaba a los niños que "no se nace siendo mujer u hombre, sino que se aprende a serlo, de acuerdo a la sociedad y época en la que se crezca". El documento gubernamental también disponía, entre otras cosas, que "los niños y jóvenes que así lo deseen usen faldas".
Si bien los manuales no fueron implementados como consecuencia de las manifestaciones de más de 2 millones de colombianos el 10 de agosto del mismo año, en la actualidad sigue vigente el Programa Nacional de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía promovido por el Ministerio de Educación, que incluye ideología de género.
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