VATICANO,
El Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus este domingo 24 de marzo en la Plaza de San Pedro del Vaticano, destacó la paciencia de Dios que nos ofrece la posibilidad de convertirnos, sin embargo, advirtió que esa posibilidad de conversión no es ilimitada: "Podemos tener gran confianza en la misericordia de Dios, pero sin abusar".
El Santo Padre realizó esta conversión a raíz del Evangelio de este tercer domingo de Cuaresma que "nos habla de la misericordia de Dios y de nuestra conversión. Jesús narra la parábola de la higuera estéril. Un hombre había plantado una higuera en la viña y, con gran confianza, cada verano acudía a ella para buscar sus frutos, pero nunca los encontraba porque el árbol era estéril".
"Empujado por aquella decepción repetida durante tres años, pensó que lo mejor sería cortar la higuera y plantar otra. Llamó entonces al viticultor que administraba la viña y le expresó su insatisfacción, por lo que le pidió que cortara el árbol que ocupaba terreno de forma inútil".
Sin embargo, "el viticultor pidió al padrón que tuviera paciencia y que le concediera una prórroga de un año, durante el cual él mismo se ocuparía de cuidar de forma más atenta y delicada la higuera para así estimular su productividad".
En esta parábola, "el padrón representa a Dios Padre, y el viticultor está pensado a imagen de Jesús, mientras que la higuera es el símbolo de la humanidad indiferente y árida. Jesús intercede ante el Padre para favorecer a la humanidad, y le pide que le haga caso y le conceda todavía más tiempo para que puedan germinar los frutos del amor y de la justicia".
"La higuera que el padrón de la parábola quiere extirpar representa una existencia estéril, incapaz de entregarse, de hacer el bien. Es el símbolo del aquel que viva para sí mismo, saciado y tranquilo, adaptado a su propia comodidad, incapaz de dirigir la mirada y el corazón a aquellos que están a su alrededor y se encuentran en condiciones de sufrimiento, de pobreza, de abandono".