Luego de que el Papa Francisco aceptó la renuncia del Cardenal Ricardo Ezzati como Arzobispo de Santiago de Chile, el Purpurado manifestó que se va "muy agradecido" y "con la frente muy en alta" respecto a la forma en que la arquidiócesis enfrentó los casos de abusos y encubrimientos.
La actual crisis de la Iglesia en Chile es consecuencia del destape de un gran número de casos de abusos sexuales, de poder, de conciencia y de encubrimiento por parte de miembros del clero.
En ese contexto el Cardenal Ezzati enfrenta la justicia civil como imputado por presunto encubrimiento de abusos sexuales cometidos por el excanciller del Arzobispado de Santiago, P. Oscar Muñoz Toledo.
En conferencia de prensa, tras el inicio del año pastoral en la Arquidiócesis de Santiago, el Cardenal Ezzati manifestó que la crisis de la Iglesia en Chile, "sin duda alguna ha sido el dolor más grande de este tiempo".
Pero aseguró que "toda denuncia ha sido enfrentada y por consiguiente habrá que esperar lo que la justicia diga sobre eso. No basta que a uno le digan que uno es encubridor, hay que comprobarlo y yo estoy con la frente muy en alta seguro de que eso se va a probar", aseguró el Cardenal Ezzati.
Asimismo, sostuvo que el arzobispado ha colaborado con la justicia civil, "ha tenido las puertas abiertas" y "el fiscal ha requisado los documentos que ha querido", en los distintos allanamientos realizados en el marco de las investigaciones.