Hay una escena en la película "El Señor de los Anillos", basada en el libro del autor católico J. R. R. Tolkien, donde el objetivo de destruir todo el poder del anillo maligno parece no tener esperanza. La oscuridad y el peligro han rodeado a Frodo, el pequeño hobbit que recibió la misión de destruir el anillo desde que salió de su hogar en la comarca.
Esta fue la escena que el Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), Mons. Charles Chaput, recordó a los estudiantes de la University of Mary en Bismarck, en Dakota del Norte, la noche del miércoles 20 cuando les hablaba sobre sus vocaciones y el propósito de sus vidas.
"En un momento de desesperación, Frodo se dirige a su amigo más fiel, el hobbit Samwise Gamgee, quien se negó a abandonarlo, y le pregunta si vale la pena continuar con la misión aparentemente imposible. Sam responde que sí, 'porque hay algo bueno en el mundo, Señor Frodo, y vale la pena luchar por ello'", acotó el Purpurado.
"Al igual que los hobbits no se quedaron en la Comarca, también los cristianos estamos llamados a salir de sus hogares y lugares de formación para comprometerse con el mundo y difundir el Evangelio", aseveró.
El Purpurado recordó que los "hobbits" son "llamados a abandonar sus hogares y a una gran guerra entre el bien y el mal por el alma del mundo en general, una guerra en la que juegan el papel decisivo, precisamente porque son pequeños y tan aparentemente sin importancia.
Asimismo, dijo que "Dios nos llama a todos, no solo a renovar la faz de la tierra con su Espíritu, sino a renovar el corazón de la Iglesia con nuestras vidas; a hacerla joven y hermosa una y otra vez, para que ella brille con su amor para el mundo. Esa es nuestra tarea. Esa es nuestra vocación. Esa es la vocación, una vocación de Dios con nuestro nombre".