CANBERRA,
Con el objetivo de ayudar a las familias a salir de la pobreza, la Conferencia de Obispos Católicos Australianos (ACBC, por sus siglas en inglés) ha pedido al Estado que aumente el salario mínimo en el país.
Megan Kavanagh, miembro del Grupo de Referencia de Relaciones Laborales de la ACBC, declaró el 17 de marzo que la tradición australiana, que se remonta a lo que se conoce como el caso Harvester de 1907, dicta que los empleados de tiempo completo deben estar en la capacidad de sostenerse ellos mismos y a sus familiares dependientes sin caer en la pobreza.
El caso Harvester fue una decisión histórica de la legislación laboral del Tribunal de Conciliación y Arbitraje del Commonwealth cuando fue promulgada la ley de aranceles especiales. La norma especificaba que el impuesto especial de los productos no sería pagado si el fabricante pagaba "justos y razonables" sueldos a sus empleados, por lo que tuvo que definirse poco tiempo después qué características debían tener estos salarios.
"El nivel actual del salario mínimo está muy por debajo del objetivo identificado y establecido por Harvester hace 112 años, cuando era una Australia mucho menos próspera", dijo Kavanagh.
La Iglesia ha señalado a la Comisión de Trabajo Justo (tribunal australiano de relaciones laborales) que no se ha hecho lo suficiente para apoyar a cientos de miles de familias que tienen salarios bajos, así como a los niños que viven en la pobreza.
El salario mínimo actual en Australia es de 18.9 dólares por hora. Los obispos de Australia están solicitando en su presentación ante la Comisión de Trabajo Justo que el salario se incremente a 20 dólares por hora.