VATICANO,
Como ya es tradición, este Miércoles de Ceniza el Papa Francisco se trasladó del Vaticano a la colina del Aventino de Roma para celebrar la primera estación de la cuaresma en la iglesia de San Anselmo y posteriormente la Misa en la basílica de Santa Sabina.
Al comienzo, el Santo Padre deseó "la paz esté con ustedes" después de que los monjes benedictinos entonaran el tradicional himno 'Audi, benigne conditor' que recuerda la importancia de la penitencia.
Luego, el Papa rezó esta oración: "Acompaña con tu benevolencia, Padre misericordioso, los primeros pasos de nuestro camino penitencial, para que a la observancia exterior corresponda una profunda renovación del espíritu".
Después, los presentes entonaron la letanía de los santos mientras que comenzó la procesión de diáconos, sacerdotes, monjes benedictinos, obispos y cardenales presentes y en la que, por último, el Santo Padre realizó a pie hacia la Basílica de Santa Sabina, donde el Papa celebra la Misa con el rito de la bendición e imposición de la ceniza a los fieles.
Tradición antigua
Las estaciones son un antiguo rito que invitan a los fieles a detenerse para meditar sobre la Pasión del Señor antes de continuar con sus quehaceres cotidianos. Tradicionalmente los romanos se detenían, cada día de la cuaresma, delante de una de las iglesias del centro de la ciudad en memoria de los mártires.