VATICANO,
El Papa Francisco animó a extender la amistad y el diálogo entre judíos y cristianos "más allá de las fronteras de la comunidad científica" durante una audiencia realizada este 28 de febrero con motivo del 50º aniversario del fallecimiento del Cardenal Augustin Bea.
El Cardenal Bea fue un sacerdote jesuita alemán que participó en el Concilio Vaticano II y colaboró en el diálogo interreligioso y en las relaciones ecuménicas de la Iglesia Católica en el período post conciliar.
Durante su discurso pronunciado en la sala del Consistorio del Palacio apostólico vaticano, el Santo Padre afirmó que "sería bueno, por ejemplo, que en la misma ciudad los rabinos y los párrocos trabajaran juntos, con sus respectivas comunidades, al servicio de la humanidad que sufre y promovieran formas de paz y diálogo con todos".
En esta línea, agradeció el compromiso y deseó que se pueda crear "mayor comunión" entre cristianos a la delegación del Centro "Cardenal Bea" encabezada por el Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Cardenal Kurt Koch.
Además, el Papa Francisco destacó la memoria del Cardenal Augustin Bea "y su influencia decisiva sobre algunos documentos importantes del Concilio Vaticano II" de los cuales destacó entre algunos de los temas actuales "las relaciones con el judaísmo, la unidad de los cristianos, la libertad de conciencia y de religión".
Sin embargo, el Pontífice explicó que el Cardenal Bea no debe ser recordado solo por lo que ha hecho, sino sobre todo por "el modo en que lo hizo" por lo que el Papa aseguró que es "un modelo en el cual inspirarse para el diálogo ecuménico e interreligioso" sobre todo en la "comprensión hacia los otros".