Sin embargo, la Semana Santa de 2014 sería un punto de inflexión. El Domingo de Ramos de ese año, Ary por primera vez vio la película "La Pasión de Cristo", de Mel Gibson.
"Fue tanto el impacto que provocó en mí que dije: Dios mío, tú pasaste y padeciste todo esto por mí, y yo no aguanto ni un poquito", recordó, y en ese momento "dije: no Señor, en este momento renuncio a mi esposo para seguirte a ti. Si tú quieres, si mi esposo va a regresar para morir en mis brazos, que así sea, pero que se haga tu voluntad".
"Yo me voy a ocupar de tus asuntos y tú te vas a ocupar de los míos", le dijo a Dios. Además, encomendó a su esposo a Santa Rita de Casia, conocida como "abogada de los casos desesperados".
Así, mientras ella se confiaba a la oración y a profundizar en su vida cristiana, recibe una inesperada llamada de su esposo.
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"Un día me llama por teléfono y me dice cómo le haces para ser feliz. Yo le dije soy feliz porque soy hija de Dios, soy hija del Rey", aseguró.
"Mi esposo pensó que estaba saliendo con alguien, porque estaba feliz, porque ya no lloraba", señaló Ary, que le respondió a su esposo que "mientras tú no regreses, Jesús va a ser mi esposo".
Ary y su esposo comenzaron a salir, pero él aún tenía cierto recelo y temor de que todo volviera a ser como antes.
Mientras ambos intentaban reconstruir su relación, llegó a manos de Ary la Consagración al Inmaculado Corazón de María. "Comienzo a hacer esa preparación de los 33 días y me consagro el 1 de enero, que es la celebración de María, Madre de Dios, y le pido a la Virgen que, al consagrarme, consagrara también mi matrimonio".
"A los tres días, mi esposo me pide regresar conmigo, me pide perdón. El 5 de enero yo ya estaba de nuevo viviendo con mi esposo", recordó.
En adelante siguió un nuevo proceso, que exigió de Ary mucha paciencia y comprensión. Su esposo tenía que aprender a llevar con ella la vida de piedad y cercanía al Señor; y no sería rápido ni sencillo.