VATICANO,
Durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro este domingo 24 de febrero, el Papa Francisco invitó a los fieles, los discípulos de Cristo, a aprender bien y practicar la cultura de la misericordia.
El Santo Padre señaló que "el Evangelio de este domingo trata de un punto central y característico de la vida cristiana: el amor por los enemigos. Las palabras de Jesús son claras: 'A vosotros que escucháis, yo os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a aquellos que os odian, bendecid a aquellos que os maldicen, rezad por aquellos que os tratan mal'".
"No es algo opcional, es un mandato", resaltó Francisco. "Él sabe muy bien que amar a los enemigos es algo que va más allá de nuestras posibilidades, pero para eso se hizo hombre: no para dejarnos igual que estábamos, sino para transformarnos en hombres y mujeres capaces de un amor mayor, el de su Padre y nuestro".
Explicó que "ese es el amor que Jesús da a aquellos que lo escuchan". "Con Él, gracias a su amor, a su Espíritu, nosotros podemos amar incluso a aquellos que no nos aman, incluso a aquellos que nos hacen el mal".
De ese modo, "Jesús quiere que en cada corazón triunfe el amor de Dios sobre el odio y el rencor. La lógica del amor, que culmina en la Cruz de Cristo, es el distintivo del cristiano, y nos induce a ir al encuentro con corazón de hermanos".
El Pontífice planteó de qué modo se puede superar ese instinto humano y "la ley mundana de la venganza". "La respuesta nos la da Jesús en la misma página evangélica: 'Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso'. Quien escucha a Jesús, quien se esfuerza en seguirlo a pesar de las dificultades, se convierte en hijo de Dios y comienza a parecerse verdaderamente al Padre que está en los cielos. Nos volvemos capaces de cosas que jamás habríamos pensado que podríamos decir o hacer".