MADRID,
El sacerdote salesiano español César Fernández fue asesinado el viernes 15 de febrero después de que le disparó un grupo de yihadistas durante el ataque a un puesto de aduanas en la localidad de Nohao, en el sur de Burkina Faso. Tenía 72 años, había cumplido 55 años como salesiano y 46 como sacerdote. Había sido misionero en varios países de África desde 1982.
El P. César y otros dos salesianos volvían a su comunidad en Uagadugú (Burkina Faso) después de participar en Lomé (Togo) en una reunión de la Inspectoría Salesiana de África Occidental Francófona.
El P. Faustino García Peña es un sacerdote salesiano español que conocía desde 1995 al P. César Fernández y asegura que era una persona "con unas cualidades humanas y espirituales muy grandes".
En ese sentido el P. García destacó la "capacidad de escucha, su generosidad total, su capacidad de trabajo y de sacrificio, así como una austeridad increíble que llamaba la atención a todo el mundo".
Pero además, apuntó que también tenía numerosas "cualidades espirituales". "Tenía una gran capacidad de hacer una lectura de la realidad y las situaciones que vivía orientada desde Dios y siempre con esperanza, optimismo y alegría, siempre en su vida", subrayó.
También aseguró que el P. César era "una persona muy solicitada por religiosos, religiosas, no solamente por la familia salesiana, sino que ha predicado ejercicios espirituales y cursos de formación a tantos religiosos en Togo, Costa de Marfil y Burkina. Era un hombre con un gran corazón, capaz de darse en todo momento a todos y de escuchar".