"Esto ocurría, según sé, los días que les pagaba, porque la mayoría de ellos trabajaban ahí por lo general barriendo o haciendo el aseo. Hubo un tiempo en que los muchachos y los niños se quedaban a dormir y llegué a oír comentarios de que el padre en la noche los molestaba, pero nunca me imaginé de qué forma", escribió Claudia R. en su carta para el hoy Arzobispo Emérito de San Luis Potosí.
"La situación actual de las personas en general es un estado de enojo", añadió. "Sé que no es la primera vez que tiene problemas por estas causas y me da mucho dolor que no se le haya puesto la atención debida".
Claudia R. adjuntó a su carta una lista de 15 varones, de entre 12 y 20 años, que habrían sido víctimas de Córdova Bautista.
La madre de Claudia y Darío, Victoria, también escribió en abril de 2004 a Mons. Morales Reyes, "de la manera más dolorosa que una madre puede sentir" por "todas las vejaciones" que sufrió su hijo a manos del sacerdote.
"Mi hijo fue violado en su persona, violado en su vida, violado en su respeto, violado en su integridad, su libertad y sobre todo en su fe", escribió.
Victoria expresó al Arzobispo su pedido de que "sea ayudado y atendido el padre Córdova en su situación mental", pues "no nos podemos permitir que siga dañando a seres inocentes y pedimos ayuda psicológica para nuestros hijos y todos aquellos niños y jóvenes afectados".
También le escribieron a Mons. Morales Reyes, Armando M. y María M., padres de Arturo, víctima de tocamientos de Córdova Bautista.
"Nos sentimos burlados y humillados, decepcionados de la persona pero no de la Iglesia, deseamos que esto no prosiga, que no se lastime a más jóvenes y niños y creemos que usted, que es el pastor de la diócesis, encontrará la mejor solución", expresaron.
Flor T., madre de Isaac, aseguró en una carta también de abril de 2004 que Córdova Bautista "abusó de mi hijo físicamente, moralmente y espiritualmente", y solicitó al Arzobispo "apoyo psicológico y le ruego (de) la manera más humilde que el padre Córdova no tenga otra parroquia para que no se repita este penoso asunto".
Tras recibir las denuncias, entre mayo y junio de 2004 la Arquidiócesis de San Luis Potosí remitió consultas al Vaticano sobre cómo proceder en el caso de Córdova Bautista. La respuesta no llegaría hasta noviembre del año siguiente, pidiendo al Arzobispo de San Luis Potosí que "dé inicio al proceso penal correspondiente" e imponga al sacerdote "las medidas cautelares apropiadas".
En el periodo intermedio, Victoria C. escribió a Mons. Morales Reyes para hacerlo responsable "de cualquier cosa que suceda a mi familia", debido al "temperamento, la manera de proceder e influencias del Pbro. Eduardo Córdova".
En febrero de 2006, la Arquidiócesis de San Luis Potosí finalmente instituyó el tribunal que habría de juzgar a Córdova Bautista.
Un informe psicológico de marzo de 2006, realizado a Darío, Isaac y otro joven más, concluyó que "fueron víctimas de abuso sexual por parte del presbítero Eduardo Córdova Bautista".
Durante el proceso, Córdova Bautista admitió que "con Darío y con Isaac sí hubo tocamientos". Estos dos jóvenes serían los que finalmente formalizarían su testimonio durante el proceso contra el sacerdote.
Sin embargo, en octubre de 2008 el tribunal encontraría que si bien "se dio intimidad entre las personas citadas", el sacerdote era inocente pues los jóvenes "tenían ya los dieciocho años cumplidos" cuando se produjeron los abusos.
El 18 de julio de 2011, Mons. Morales Reyes reiteró el nombramiento de Córdova Bautista como Representante Legal de la Arquidiócesis. El 11 de marzo de ese año ya lo había designado como Responsable de la dimensión de bienes culturales de la Iglesia.
Al año siguiente, en junio de 2012, aparecerían nuevas denuncias de abuso sexual contra el sacerdote, que llevarían al P. Gilberto Amaya Martínez, para entonces Promotor de Justicia de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, a solicitar al nuevo Arzobispo, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero, que "se abra proceso ante la Santa Sede".
En el nuevo proceso, Marisol L. y su esposo, Antonio F. denunciaron que Córdova Bautista abusó de su sobrino, Juan, durante un viaje a Ciudad de México, tras beber cerveza.
El joven, que tenía 15 años cuando se produjo el abuso, le aseguró a sus familiares que en una noche Córdova Bautista "no me dejó dormir, se metió (en) mi cama. Anoche me violaron, y al final te juro que no soy gay".
Esa misma noche estaba con ellos Luis C., menor de 16 años. En su testimonio para el tribunal, este menor aseguró que Córdova Bautista lo obligó a él y a Juan a acompañarlo desnudos en un sauna.
Testimonio de Luis C. contra Eduardo Córdova Bautista.
Ahí dentro, aseguró, el sacerdote "me acariciaba el pecho, me hablaba sobre que Jesús permitía ese tipo de caricias que no estaba mal", para luego empezar "a tocar mis genitales".
Al momento de acostarse, el joven sintió que "no podía mover mis brazos, solo abrir los ojos. Sentí cómo estaba sobre mí manoséandome y no podía retirarlo de mí, muy cerca de mi cara me daba besos".
Al día siguiente, y tras llevarlos a una Misa que celebró en una de las capillas de la Basílica de Guadalupe, Córdova Bautista, con mirada amenazante, le dijo a Luis que "era tan fuerte y conocía artes marciales que con un golpe podía dañarme".
Con las denuncias ya recibidas, el 12 de julio de 2013 Mons. Cabrero Romero nombró a Eduardo Córdova Bautista "Representante Legal de la Arquidiócesis y de todas sus divisiones y entidades internas".
Nombramiento de Eduardo Córdova Bautista como Representante Legal de la Arquidiócesis de San Luis Potosí en 2013.
En un correo electrónico dirigido a la madre de Juan, Marisol, en agosto de 2013, el P. Gilberto Amaya Martínez le advierte que para Córdova Bautista "sería muy sencillo el intimidar, coaccionar y presionar a las personas a su favor", pues "él es muy intuitivo y controla todos los medios de comunicación del Arzobispado".
En octubre de ese año, Marisol escribió al P. Amaya Martínez, manifestando su "impotencia y temor de que esto no avance", pues vieron a Córdova Bautista en un evento organizado por el Gobernador de San Luis Potosí "como representante de la Iglesia".
Esto, dijo la mujer, "hace dudar que en verdad algo suceda, ya es fin de octubre y las cosas siguen igual".
Finalmente, en enero de 2014, el P. Amaya Martínez concluyó que en el caso de Luis C. "sí consta el delito de abuso sexual" y solicitó al Vaticano que se reabra el caso contra Córdova Bautista. Además, señaló que en el juicio en el que se absolvió al sacerdote en 2008 "no fueron tomados en cuenta" los estudios psicológicos realizados a las víctimas.
"El Padre Córdova tiene muchos años en las relaciones Iglesia-Estado y tiene mucho poder con las instituciones, esto lo hace ser intocable, tener seguridad, confianza y fuero", señaló el P. Amaya Martínez en su misiva.
En una carta remitida también a fines de enero a Mons. Luis Ladaria, entonces Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, Mons. Cabrero Romero señaló que "el Padre Córdova se desenvuelve como Representante Legal de la Arquidiócesis desde hace más de 20 años", por lo que "tiene mucha relación con los medios impresos y con las instituciones y de manera particular las de justicia".
Para fines de febrero de 2014, la Congregación para la Doctrina de la Fe contestó al Arzobispo de San Luis Potosí ordenando que, como medidas cautelares, de forma inmediata Córdova Bautista sea "removido de la parroquia en la que actualmente desarrolla su ministerio y de cualquier otro oficio eclesiástico, además de retirarle las facultades de confesar, de predicar y de administrar sacramentos y sacramentales".
Recién en mayo de 2014, entre cartas de presión de los familiares de las víctimas y el escándalo mediático, el caso fue presentado ante las autoridades civiles mexicanas.
El paradero de Eduardo Córdova Bautista permanece desconocido.
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