En los últimos meses se han conocido diversos casos en los que obispos y sacerdotes han perdido o han sido expulsado del estado clerical ¿Qué significa esta sanción, conocida también como laicización?
Cuando un sacerdote es declarado culpable de abusos sexuales, la pena máxima que puede recibir en el ámbito eclesial es la expulsión o dimisión del estado clerical. También se le conoce como “laicización” o “reducción al estado laical”, pero esta forma dejó de usarse hace algún tiempo para no expresarse de modo despectivo de los laicos ya que su estado de vida no es inferior, solo distinto al del clero.
En la práctica, la expulsión del estado clerical significa que se prohíbe de modo permanente el ejercicio de los derechos propios del estado clerical como celebrar Misa, oír confesiones y administrar los demás sacramentos.
También queda exento de sus obligaciones como el rezo de la Liturgia de las Horas y la obediencia al obispo.
Sin embargo, la dimisión del estado clerical no significa, en estricto, que el sacerdote ya no sea sacerdote, puesto que el sacramento del Orden imprime en el varón que lo recibe un sello ontológico que nunca perderá y que la Iglesia no puede retirar ni revertir.
La ordenación sacerdotal, además de imprimir el sello en el hombre que lo recibe, también cambia su estado legal en la Iglesia, pues con ella pasa a ser un clérigo o miembro del clero, lo que le permite ejercer su ministerio público.