NUEVA DELHI,
Ayer 14 de febrero el grupo fundamentalista musulmán Jaish-e-Mohammed mandó un automóvil repleto de explosivos que detonó al pasar un convoy con soldados de la Fuerza de la Policía de la Reserva Central (CRPF), dejando 40 muertos y varios heridos.
El Secretario General de la Conferencia Episcopal India (CBCI), Mons. Theodore Mascarenhas, condenó "en nombre de toda la Iglesia Católica india este trágico incidente. La Iglesia está de luto, unida al resto del país", en un diálogo que tuvo con la agencia Asia News.
El grupo terrorista Jaish-e-Mohammed (El ejército de Mahoma), que reivindicó el atentado, es un grupo fundamentalista islámico paquistaní que busca separar Cachemira de la India, por medio de ataques.
Este último atentado es considerado el más sangriento, según los últimos datos que informa Asia News.
El premier indio, Narendra Modi, se expresó duramente en las redes sociales. Afirmó que el ataque fue un acto "despreciable". Como él, los mayores exponentes políticos del Estado repudiaron la masacre.
A puertas de las elecciones generales que se desarrollarán en mayo, se mantiene un fuerte debate político por la situación de Cachemira, que está ubicado en la frontera con Pakistán, y que es disputado por ambos países.