VATICANO,
El próximo 12 de febrero se llevará a cabo una mesa redonda en el Pontificio Colegio Teutónico con motivo del 90º aniversario de la firma de los pactos lateranenses entre la Santa Sede y el Reino de Italia, realizado el 11 de febrero de 1929.
Esta iniciativa, promovida por el Comité Pontificio de Ciencias Históricas, fue presentada el 8 de febrero en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Presidente del Comité Pontificio para las Ciencias Históricas, P. Bernard Ardura, explicó que "con la estipulación de los Pactos Lateranenses, se puso fin jurídicamente a 59 años de relaciones tensas, desde la 'toma de Roma', con la consiguiente pérdida de la soberanía temporal del Pontífice".
La toma de Roma ocurrió el 20 de septiembre de 1870 y fue el evento final de la unificación italiana conocida como el Risorgimento. El P. Ardura recordó que "los Pactos Lateranenses se firmaron diez años después del último 'feo' institucional que sufrió la Santa Sede; a saber, la oposición de Italia a la participación de la Santa Sede en las negociaciones de paz de 1919, para concluir la Primera Guerra Mundial".
Según su opinión, "desde el punto de vista italiano, el país quería desembarazarse de la imagen de 'perseguidor' del Papa" y durante los siguientes años, bajo Pío XI, "se instauró una conciliación 'de facto' mientras los pactos lateranenses marcaron la conciliación 'de iure' -y añadió que- hubo casi unanimidad sobre la necesidad de resolver la llamada 'cuestión romana' y, por lo tanto, ese status conflictivo".
En esta línea, el P. Ardura mencionó que hubo "una gran diversidad de opiniones sobre cómo lograrlo". Algunos consideraban "necesario crear un estado independiente, pero se planteaban la cuestión de Roma: para algunos el nuevo Estado habría tenido que englobar, al menos, una parte de la ciudad".