MADRID,
El Arzobispo de Toledo y Primado de España; Mons. Braulio Rodríguez Plaza, recordó que el próximo domingo se celebra en el país la Jornada por la Vida Consagrada y animó a las comunidades a valorar más esta vocación porque es vida "llena de vida y de Espíritu Santo".
El Prelado asegura que es impresionante lo que supuso en toda la cuenca del Mediterráneo y el Medio Oriente la irrupción del cristianismo y la adhesión a la persona de Jesucristo, "de modo que, en toda la persona que conocía a Jesús por la predicación de la fe cristiana, había un estupor ante el amor del Señor, el Salvador, que mostró su amor del Padre en el Espíritu Santo".
Personas de todos los estratos sociales conocían la vida de Jesús y querían seguirle, por lo que reaccionaban "con estupor ante el amor de Jesucristo y el deseo de seguirle en la vida real".
"Y, en la situación concreta en la que la fe les encontró, aparecía un deseo de entrega al Señor, porque su vida ya no les pertenecía", explica en su carta semanal.
Según afirma Mons. Rodríguez, ahí es donde está el origen de la consagración religiosa. "El Padre me ama, me ha dado a conocer a Jesús y el Espíritu Santo me da capacidad para seguir a Cristo. En ello encuentro una libertad y una sensación de agradecimiento. Y, una vez que uno descubre el designio de Dios para conmigo, sentido como un proyecto de felicidad, se hace fácil encontrar el 'sentido de la vida' y la unidad y orientación de todo lo que uno es y puede hacer. Después viene el camino concreto, la forma vital que convierte en realidad el deseo 'conformarme con Cristo'".
Recordando unas palabras de San Juan Pablo II, el Arzobispo de Toledo asegura que "la vida consagrada imita más de cerca y hace presente continuamente en la Iglesia la forma de vida de Jesús, supremo consagrado y misionera a los discípulos que le seguían".