ROMA,
El nuevo Arzobispo de Mosul, la ciudad devastada por el Estado Islámico (ISIS) en Irak, se ha convertido en nuevo signo de esperanza para los católicos de Irak, que poco a poco vuelven a sus hogares tras la persecución de la que fueron víctimas en los últimos años.
El viernes 25 de enero, el nuevo Arzobispo caldeo (católico) de Mosul, Mons. Najib Mikhael Moussa, asumió su nuevo cargo en la iglesia San Pablo, ubicada en la zona este de la ciudad.
"Hoy vine a Mosul guiado por nuestro padre el Patriarca (Louis Raphael Sako), para sentarme aquí. Pero créanme, no vine a sentarme. Voy a estar de pie, voy a trabajar y sostener sus manos porque tenemos que trabajar todos juntos", dijo el Prelado que sucede a Mons Amel Shamon Nona.
Ante una gran cantidad de fieles, Mons. Najib Mikhael Moussa pidió "a Dios que le dé a Mosul, luego de haber sufrido toda clase de sufrimientos y destrucción, un nuevo y saludable nacimiento, un nacimiento regular, no uno por cesárea".
"Por lo tanto, aliento a los cristianos a volver, a comunicarse y trabajar por la construcción de la paz común", agregó
"Hoy necesitamos voces positivas, voces de bondad. No necesitamos discursos oscuros e insultantes que impiden las formas humanas del amor. Hoy, nuestro discurso es de amor y paz y da la mano para cooperar con los demás. La ciudad de Mosul, como el resto de las ciudades de Irak, definitivamente necesita trabajadores y pastores para servirla y no para explotarla o controlarla por maestros", resaltó el nuevo Arzobispo de Mosul.