El 25 de enero, durante su visita al Centro de Cumplimiento de Menores Las Garzas de Pacora (Panamá), el Papa Francisco escuchó el alentador mensaje de Luis Óscar Martínez, un joven de privado de libertad.
Luis de 21 años creció sin padre, y su madre debió criarlo sola junto a sus dos hermanos. "Cuando iba creciendo sentía que me faltaba algo, que había un vacío dentro de mí. Hoy sé que ese algo que faltaba era la voz de un papá que me guiara con amor", dijo el joven.
En 2015 la vida de Luis dio un giro ya que "Dios tocó mi corazón y tomé la decisión de aceptar a Cristo como mi Señor y Salvador. Ese día volví a tener papá", expresó.
Sin embargo, un año más tarde Luis cometió un delito que lo llevó a la cárcel. Pensó que "todo había acabado" hasta que una noche "algo" le dijo que no era así, que su "propósito es grande".
"En ese momento comprendí que mi Padre Dios estaba conmigo y que si estoy en este momento hablando con usted es por gracia y amor de parte de Dios, mi Cristo amado", expresó el joven.
En su relato Luis manifestó que se siente "agradecido, porque puso aquellas personas en mi caminar para ayudarme a terminar mis estudios secundarios y lograr ese cambio en mi vida".