PANAMÁ,
El Papa Francisco preside la ceremonia de acogida y apertura de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019.
Ante miles de jóvenes presentes en el Campo Santa María la Antigua, ubicado en la zona conocida como la Cinta Costera, el Santo Padre pronunció el siguiente discurso:
Queridos jóvenes, ¡buenas tardes!
¡Qué bueno volver a encontrarnos y hacerlo en esta tierra que nos recibe con tanto color y calor! Juntos en Panamá, la Jornada Mundial de la Juventud es otra vez una fiesta de alegría, una fiesta de esperanza para la Iglesia toda y, para el mundo, un enorme testimonio de fe.
Me acuerdo que en Cracovia algunos me preguntaron si iba a estar en Panamá y les contesté: "Yo no sé, pero Pedro seguro va a estar. Pedro va a estar". Hoy me alegra decirles: Pedro está con ustedes para celebrar y renovar la fe y la esperanza. Pedro y la Iglesia caminan con ustedes y queremos decirles que no tengan miedo, que vayan adelante con esa energía renovadora y esa inquietud constante que nos ayuda y moviliza a ser más alegres y más disponibles, más "testigos del Evangelio". Ir adelante no para crear una Iglesia paralela un poco más "divertida" o "cool" en un evento para jóvenes, con alguno que otro elemento decorativo, como si a ustedes eso los dejara felices. Ustedes no piensan eso, porque pensar así sería no respetarlos y no respetar todo lo que el Espíritu a través de ustedes nos está diciendo.
¡Al contrario! Queremos reencontrar y despertar junto a ustedes la continua novedad y juventud de la Iglesia abriéndonos siempre a esa gracia del Espíritu Santo que hace siempre un nuevo Pentecostés (cf. SÍNODO SOBRE LOS JÓVENES, Doc. final, 60). Eso solo es posible, como lo acabamos de vivir en el Sínodo, si nos animamos a caminar escuchándonos y a escuchar complementándonos, si nos animamos a testimoniar anunciando al Señor en el servicio a nuestros hermanos que siempre es un servicio concreto. No es un servicio de figuritas.