CIUDAD DE MÉXICO,
Este viernes 18 de enero los Obispos de México elevaron sus plegarias luego de la explosión de un ducto de combustible de la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) que dejó al menos 89 muertos y más de 70 heridos en el municipio de Tlahuelilpan, a unos 120 kilómetros de la capital.
En un inicio la cifra de fallecidos sumaba 66, pero el lunes 21 las nuevas cifras oficiales indicaron que el número aumentó a 89. Aún hay 58 personas que permanecen hospitalizadas.
"Ofrecemos todas nuestras plegarias y eucaristías, así como nuestra solidaridad con las familias de las víctimas, heridos y desaparecidos", indicó el 18 de enero la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) a través de un comunicado.
La explosión ocurrió el viernes 18 en horas de la tarde luego de que un ducto fuera perforado por traficantes de combustible. Alrededor de la fuga se lanzaron cientos de personas con el objetivo de robar gasolina en pequeños contenedores.
"Las llamas estaban consumiendo todo lo que había alrededor y había personas fallecidas y quemadas. Hoy se enluta, y se enluta México, con la muerte de estas personas", dijo Fayad.
Luego de ocurrido el desastre, la zona fue asegurada por el Ejército mexicano. Previamente había sido imposible acordonar el lugar donde ocurrió la fuga debido a la cantidad de personas.