SANTIAGO,
El Obispo de Villarrica (Chile), Mons. Francisco Javier Stegmeier, advirtió que "la política antinatalista de Naciones Unidas, apoyada por gobiernos y organizaciones, es una de las variadas formas de colonialismo del Occidente secularizado".
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha manifestado en varias ocasiones a favor del aborto, presionando de distintas formas a los países lo que prohíben para que modifiquen su legislación a favor de esta práctica.
En septiembre de 2018, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU publicó un mensaje con ocasión del Día Internacional del Aborto Seguro, en el que señalaron que "los Estados de todo el mundo deben actuar ahora para despenalizar el aborto y hacer todo lo posible para garantizar que las mujeres y las niñas tengan derecho a tomar sus propias decisiones sobre el embarazo".
Frente a esto, Mons. Stegmeier reflexionó en su mensaje del 16 de enero sobre la cultura de la muerte en la que está inmersa la sociedad actual y que presenta como uno de sus primeros síntomas la anticoncepción, "que va contra la natural y espontánea tendencia a la procreación".
"Un país como Estados Unidos, con una baja natalidad e incontables abortos, tiene hoy, como consecuencia, el terrible e incontrolado drama del progresivo aumento del suicidio y la droga, sobre todo entre jóvenes. Esto es tan grave, que la expectativa de vida bajó en un año", ejemplificó.
Mons. Stegmeier explicó que "para que un pueblo se logre mantener, requiere que cada mujer tenga como promedio 2,1 hijos. Si tiene más, ese pueblo crecerá. Pero si tiene menos, disminuirá. El promedio de niños por mujer en Chile está por muy debajo del mínimo necesario. Nuestro país es poco fecundo y envejece".