VATICANO,
En al rezo de las Vísperas por la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Papa Francisco pronunció una homilía en la que alentó a superar las divisiones y en la que animó a vivir la justicia con el prójimo, especialmente si es débil y necesitado.
A continuación, el texto completo de la homilía del Santo Padre en la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma:
Hoy comienza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, en la que todos estamos invitados a pedir a Dios este gran don. La unidad de los cristianos es fruto de la gracia de Dios y hemos de disponernos a recibirla con un corazón generoso y servicial. Esta tarde me alegra especialmente poder orar con los representantes de otras Iglesias presentes en Roma, a quienes dirijo un saludo cordial y fraterno.
También saludo a la delegación ecuménica de Finlandia, a los estudiantes del Instituto Ecuménico de Bossey, en su visita a Roma para conocer más en profundidad a la Iglesia Católica, así como a los jóvenes ortodoxos y ortodoxos orientales que estudian aquí con el apoyo del Comité para la Colaboración Cultural con las Iglesias Ortodoxas, perteneciente al Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
El libro del Deuteronomio representa al pueblo de Israel acampado en las llanuras de Moab, a punto de entrar en la tierra que Dios le prometió. Aquí, Moisés, como un padre solícito y jefe designado por el Señor, repite la Ley al pueblo, lo instruye y le recuerda que deberá vivir con fidelidad y justicia una vez que se haya establecido en la tierra prometida.
El pasaje que acabamos de escuchar proporciona información sobre cómo celebrar las tres fiestas principales del año: Pesach (la Pascua), Shavuot (Pentecostés), Sukkot (Tabernáculos). Cada una de estas fiestas llama a Israel a dar gracias por los bienes recibidos de Dios. La celebración de una fiesta requiere la participación de todos.