En el camino, San Joselito rezaba y gritaba "¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!".
Fue beatificado en 2005 y el Papa Francisco lo canonizó el 16 de octubre de 2016.
San Juan Diego
Juan Diego Cuauhtlatoatzin nació en 1474 en la actual ciudad de Cuautitlán, estado de México, y fue bautizado en 1524, tras la llegada de misioneros franciscanos a la región.
Cuando tenía 57 años, entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, la Virgen de Guadalupe se le apareció en el cerro del Tepeyac y le pidió decirle a Mons. Juan de Zumárraga, primer Obispo de México, que construya un templo en ese lugar.
Ante la incredulidad del prelado, Santa María le encomendó llevarle en su sencilla tilma unas rosas que milagrosamente aparecieron en el cerro.
Cuando San Juan Diego le presentó las rosas a Mons. Zumárraga, la imagen de la Virgen se encontraba impresa en la tilma.
San Juan Pablo II lo beatificó en 1990 y lo canonizó el 31 de julio de 2002, en la Basílica de Guadalupe de Ciudad de México.
Santa Rosa de Lima
Isabel Flores de Oliva nació en Lima (Perú), el 20 de abril de 1586 y fue bautizada el 25 de mayo de ese mismo año.
Fue conocida como Rosa por su familia, por el rostro sonrosado y hermoso que tenía desde muy pequeña. Al momento de su Confirmación, el entonces Arzobispo de Lima Santo Toribio de Mogrovejo le dio definitivamente ese nombre.
Su amor por Cristo la llevó a hacer un voto de virginidad. El 10 de agosto de 1606 ingresó como terciaria en la Orden de Santo Domingo, imitando a Santa Catalina de Siena, su maestra espiritual.
Con la ayuda de su hermano Fernando construyó una ermita en un espacio de su casa, donde se mortificaba para imitar la pasión de Cristo. Con frecuencia visitaba la iglesia de la Virgen del Rosario y atendía a enfermos y esclavos.
En esas labores entabló amistad con San Martín de Porres.
Falleció el 24 de agosto de 1617 a los 31 años. Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera santa de América. Además, el Santo Padre la declaró patrona principal del Nuevo Mundo (América), Filipinas e Indias Occidentales.
San Martín de Porres
De madre panameña, San Martín nació en Lima (Perú) en 1579. Desde niño sintió predilección por los enfermos y los pobres y con el tiempo aprendió el oficio de barbero y algo de medicina.
A los quince años pidió ser admitido como "donado", es decir, como terciario en el convento de los dominicos.
Llegó a cultivar tanto cariño y admiración en la sociedad de su época que el Virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla fue a visitarlo en su lecho de muerte para besar su mano y pedirle que interceda por él en el Cielo.
Falleció el 3 de noviembre de 1639. Al canonizarlo, en 1962, San Juan XXIII dijo: "¡Ojalá que el ejemplo de Martín enseñe a muchos lo feliz y maravilloso que es seguir los pasos y obedecer los mandatos divinos de Cristo!".
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