VATICANO,
"Ser cercanos a esta humanidad herida y a quienes son descartados, rechazados y excluidos, pequeños y pobres", es la petición del Papa Francisco a los 15.000 jóvenes reunidos en Madrid (España) del 28 de diciembre al 1 de enero para el encuentro europeo organizado por la Comunidad Ecuménica de Taizé.
En un mensaje firmado por el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, el Santo Padre invitó a los jóvenes a aceptar el desafío de la hospitalidad y a "abrir la puerta del corazón al Señor y a su Palabra" para promover "una cultura del encuentro".
El Papa recordó el reciente Sínodo de los Jóvenes realizado en octubre en el Vaticano y dijo que él y toda la Iglesia confía en ellos.
También citó el mensaje de la Jornada Mundial de la Juventud de 2018 para animar a los jóvenes a no perder "el gusto de disfrutar del encuentro, de la amistad, el gusto de soñar juntos, de caminar con los demás. Los cristianos auténticos no tienen miedo de abrirse a los demás, compartir su espacio vital transformándolo en espacio de fraternidad".
Por ello, el Santo Padre exhortó a los jóvenes a descubrir que "es posible vivir una hospitalidad generosa, aprender a enriquecerse de las diferencias de los otros y fructificar los talentos para ser constructores de puentes entre las Iglesias, las religiones y los pueblos".
En esta línea, el Papa alentó a los jóvenes a vivir "un camino de comunión" y a utilizar "sus talentos, su energía, su fuerza para mejorar el mundo y hacer que toda persona pueda encontrar su lugar en el seno de la gran familia humana".