Sicilia,
El Obispo de Acireale, Mons. Antonio Raspanti, visitó los lugares más golpeados por el reciente terremoto en la isla italiana de Sicilia que dejó decenas de heridos, y destacó la importancia de la cooperación ante esta tragedia.
El terremoto con magnitud de 4.8 grados en la escala de Ritcher ocurrió en la madrugada del 25 de diciembre y provocó derrumbes en la provincia de Catania así como en algunas localidades situadas a los pies del volcán Etna.
Por el sismo 28 personas resultaron heridas y no hubo ningún fallecido. Sin embargo, en la Iglesia de María Santísima del Carmelo se derrumbó el campanario y se destruyó la estatua de San Emidio, considerado el protector de los terremotos.
Mons. Raspanti acudió poco después al pueblo de Pennisi y dijo al diario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) Avvenire que "quedó sin palabras" tras ver las consecuencias del desastre natural.
"Todo el contexto me provocó dolor porque he visto personas ancianas y niños en medio de la calle, dormir en los coches", dijo.
Por ello, el Obispo italiano se dirigió a las personas golpeadas por el desastre para "expresar su gran cercanía" a las familias afectadas que no tienen dónde dormir. "Agradezco a todos los que se están movilizando para mostrar solidaridad, a las fuerzas del orden, a los bomberos y a la protección civil, así como también a los alcaldes y administradores de las comunidades afectadas", dijo.