ROMA,
El Penitenciario Mayor de la Curia romana, Cardenal Mauro Piacenza, envió la tradicional carta a los penitenciarios de las basílicas papales y a todos los confesores con ocasión de la Navidad.
En la misiva, el Cardenal Piacenza agradece a los penitenciarios y los confesores que, especialmente en estas fiestas, "han sido llamados a colaborar sacramentalmente con el Señor que viene para la renovación espiritual del pueblo cristiano".
En esta línea, el Purpurado señala que "en la memoria viva de la Natividad de Cristo recibe una luz particular el Sacramento de la Reconciliación, confiado a la Iglesia para que administre la sangre de Quien está por nacer, para purificar y para plasmar, para liberar y para renovar, para hacer nacer Jesús mismo en el corazón de los penitenciarios".
Además, el Cardenal recuerda que "la Iglesia, toda santa", está "al mismo tiempo necesitada de purificación"; y en estos días "se prepara al nacimiento del Redentor mirando a la Inmaculada", que ha merecido, "por gracia de Dios, el abrir en sí misma la humanidad completa a la Encarnación del Verbo".
De este modo, el confesionario se convierte en "testigo privilegiado de aquel particular misterio de la Navidad que es la reconciliación con el Padre, la justificación del pecador, la 'liberación' y la renovación en él de la gracia del Bautismo, que lo ha asociado por siempre a Cristo, haciéndolo partícipe de su misma vida, miembro vivo del Verum Corpus natum de Maria Virgine", dijo.
Es por eso que "el confesionario, que ve la Iglesia generar siempre de nuevo sus hijos, asume así los rasgos de la 'gruta de Belén', en la cual Cristo se prepara a nacer y donde todo y todos contribuyen a acoger su venida".