VATICANO,
Dirigiéndose a una delegación de jóvenes de la Acción Católica recibidos en la Sala del Consistorio del Vaticano este 20 de diciembre, el Papa Francisco aseguró que en esta Navidad "Jesús quiere nacer en los corazones para donar la alegría verdadera que nadie podrá quitar".
El Santo Padre pidió que esta alegría la den también "a otros jóvenes que viven situaciones de sufrimiento, momentos de dificultad, especialmente a aquellos que ven más solos y quizá maltratados", y animó a ser, con todos, "generosos canales de bondad y de acogida, para construir un mundo más fraterno, más solidario, más cristiano".
En su discurso, el Papa remarcó que "es un don de Dios, del cual siempre agradecer, el hecho de tener adultos, sacerdotes y laicos, que se ocupan con tanto amor de su formación humana y cristiana; y entonces deben rezar por ellos, para que tengan sabiduría y paciencia para hacer bien este servicio".
Asimismo, el Pontífice explicó que los jóvenes tienen este año un camino formativo que se centra en el tema del encuentro entre Jesús y las dos hermanas Marta y María de Betania narrado en el Evangelio de San Lucas.
"A partir de este episodio, ustedes y los otros jóvenes de todas las diócesis italianas están redescubriendo la llamada a ser amigos de Jesús, a conocerlo siempre mejor y encontrarlo cada día en la oración, para poder ser sus misioneros. Se trata de transmitir un anuncio bello, un mensaje de salvación a sus compañeros, y también a los adultos", destacó.
En esta línea, preguntó: "¿Y cuál es este mensaje? Que todos somos amados por el Señor: esta es la verdadera, grande, buena noticia que Dios ha dado al mundo con la venida de su Hijo Jesús en medio a nosotros. Todos nosotros somos amados por el Señor ¡Nos ama! Todos juntos y uno a uno. ¡Esto es bello!", exclamó.