CIUDAD DE MÉXICO,
Un sacerdote, con la ayuda de un empleado de un hospital, evitó que 16 niños murieran a balazos durante la incursión de un grupo armado en la localidad de Filo de Caballos, en el estado de Guerrero (México).
La noticia fue dada a conocer este 13 de diciembre por el diario mexicano Sin Embargo. Según relató el periódico, el sacerdote, con la ayuda de un empleado del hospital local, escondió a los menores, que recibían la catequesis cuando comenzó la balacera, el 11 de noviembre.
El 11 de noviembre los "policías comunitarios de Heliodoro Castillo" tomaron el control de Filo de Caballos, disparando por todo el poblado, y obligando a huir a muchos pobladores, que hoy se encuentran refugiados en el cercano poblado de Chichihualco.
Los policías comunitarios son controversiales grupos de civiles armados que se atribuyen la defensa de las poblaciones frente al narcotráfico.
Los niños permanecieron durante 19 horas dentro de una cisterna vacía, según relató el empleado, cuya identidad no fue revelada al diario mexicano. El grupo armado habría disparado incluso contra el templo católico.
"Eran muchísimas balas las que estaban disparando, si los hubiéramos dejado salir los matan", dijo el empleado.