VATICANO,
"Dios es un Padre que consuela a sus hijos". Así lo aseguró el Papa Francisco en la Misa celebrada este martes 11 de diciembre en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, durante una homilía en la que se centró en la lectura del Libro de Isaías.
Las primeras palabras de esa primera lectura del día dicen: "Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios", porque "ya ha satisfecho por su culpa".
El Santo Padre explicó que estas misteriosas palabras hablan del "consuelo de la salvación". "Hemos sido salvados por Cristo Resucitado, que en aquellos cuarenta días, con sus discípulos, hacía precisamente eso: consolar".
"Pero nosotros no queremos arriesgar, oponemos resistencia al consuelo como si estuviéramos más seguros en las aguas turbulentas de los problemas. Apostamos por la desolación, por los problemas, por la derrota".
El Pontífice se preguntó: "¿Y cómo consuela el Señor? Con la ternura. Es un lenguaje que no conocen os profetas de la desventura: la ternura. Es una palabra eliminada de todos los vicios que alejan del señor: vicios clericales, vicios de cristianos que no quieren moverse, de tibios…".
"La ternura da miedo", advirtió. No obstante, "la ternura consuela. Las madres, cuando el niño llora, lo acarician y lo tranquilizan con la ternura. Es una palabra que el mundo de hoy, de hecho, ha borrado del diccionario. La ternura".