Luego de un mes de preparación con distintas actividades y gestos misioneros, las comunidades de la Congregación Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús celebraron el 27 de noviembre la fiesta litúrgica de su fundadora, la Beata Madre Catalina.
El Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos Ñáñez, manifestó que este tiempo es una "oportunidad de renovar nuestro compromiso de seguir sus huellas contando con su intercesión y su ayuda".
"Catalina nos invita a que tengamos una imaginación de la caridad y una creatividad para tratar de mitigar dolores y reavivar la esperanza", agregó.
En ese sentido y destacando su obra social por la dignificación de los más pobres, especialmente la mujer, el Arzobispo pidió a la Beata Madre Catalina "la gracia para ser sensibles al dolor de los demás y de ser instrumentos para que la esperanza brille en el corazón de cada uno".
Además de la celebración Eucarística, las comunidades de la "familia Catalina" realizaron procesiones, presentaciones artísticas, la bendición de una plaza en el barrio Procrear de San Luis, entre otras actividades.