VATICANO,
El Papa Francisco animó a tener un corazón nuevo en Cristo para que el Decálogo deje de ser condena y se convierta en la auténtica verdad de la vida humana, así lo dijo durante su catequesis pronunciada este miércoles 28 de noviembre.
A causa del frío, la Audiencia General se llevó a cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano en la que el Santo Padre concluyó con su itinerario de los 10 Mandamientos.
De este modo, el Papa animó a tener una vida auténtica, "es decir, deseo de amor –aquí nace el deseo del bien, de hacer el bien– deseo de alegría, deseo de paz, de magnanimidad, de benevolencia, de bondad, de fidelidad, de mansedumbre, dominio de sí. Es la actitud positiva de un corazón que se abre con la fuerza del Espíritu Santo".
En su catequesis, el Santo Padre recordó que la gratitud es la "base de la relación de confianza y de obediencia" porque Dios "no pide nada antes de haber dado mucho más. Él –agregó– nos invita a la obediencia para rescatarnos del engaño de las idolatrías que tienen tanto poder sobre nosotros".
"De hecho, buscar la propia realización en los ídolos de este mundo nos vacía y nos esclaviza, mientras que lo que nos da estatura y consistencia es la relación con Él que, en Cristo, nos hace hijos a partir de su paternidad", remarcó.
Por este motivo, el Papa explicó la importancia de vivir un proceso de bendición y de liberación, que son el descanso auténtico. "Esta vida liberada se convierte en acogida de nuestra historia personal y nos reconcilia con lo que, desde la infancia hasta el presente, hemos vivido, haciéndonos adultos y capaces de dar el justo peso a las realidades y a las personas de nuestra vida".