ROMA,
El Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Cardenal Leonardo Sandri, visitó Líbano por cuatro días para celebrar el 50° aniversario de la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO).
Entre las actividades destacó la visita del 12 de noviembre a la casa de los jesuitas en Tanayel, en la frontera con Siria, donde participó también el Nuncio Apostólico en Damasco, Cardenal Mario Zenari, junto a los obispos católicos de Siria.
Este lugar fue donado a los jesuitas después del martirio de tres religiosos durante el Imperio Otomano. En el terreno se encuentran tres escuelas que atienden a 1.500 alumnos, la mayoría musulmanes, y un centro para ejercicios espirituales.
El Cardenal Sandri solicitó comenzar una segunda fase en la Iglesia en Siria ahora que la situación se ha estabilizado y exhortó a invitar a algunas personas a visitar el país. Recordó que durante los pasados siete años de conflicto los obispos sirios viajaron viajado por el mundo para narrar la dramática situación de la población.
Además, el Purpurado destacó la necesidad de formar sacerdotes "dignos e idóneos", así como la importancia de ser transparentes en la gestión de la ayuda y de los bienes de la Iglesia.
Asimismo, el Cardenal Sandri pidió que los miembros de las Iglesias presentes en Siria participen activamente en la elaboración de una eventual nueva Constitución para promover los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, como la libertad religiosa, la sana laicidad, la ciudadanía y la libertad de expresión. Por su parte, el Cardenal Zenari advirtió que más del 70% de la población vive en la pobreza.