CIUDAD DE MÉXICO,
Con fe en Dios y en compañía de la Iglesia Católica, aunque con la incertidumbre de qué los espera mientras se acercan a la frontera con Estados Unidos, la primera caravana migrante cruzó prácticamente la mitad de México.
La caravana, que supera las 5.600 personas, abandonó la madrugada del 9 de noviembre el estadio Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, en Ciudad de México, donde las autoridades mexicanas les dieron albergue durante casi una semana.
Detrás, en los estados de Oaxaca y Chiapas, avanzan tres caravanas más.
Angélica, de 37 años, partió de El Progreso, a una hora de San Pedro Sula (Honduras), con la caravana el 13 de octubre, huyendo de la violencia de su pareja y llevando consigo a su hija de 17 años, pero dejando en su patria a una hija menor.
En diálogo con ACI Prensa la tarde el 8 de noviembre, Angélica aseguró que a pesar de las dificultades que ha pasado "gracias a Dios estoy aquí".
"Siempre venimos con fe en Dios, que es el que nos trajo hasta aquí".