El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Padre Federico Lombardi desmintió el nuevo libro âMe prometieron el paraÃso. Mi vida y la verdad sobre el atentado al Papaâ, en el que el turco Alà Agca, responsable del atentado contra el Beato Juan Pablo II, culpa ahora al ayatola Jomeini de haber ordenado el ataque.El Padre Lombardi explicó esta mañana a los periodistas que Alà Agca ha reinventado la conversación que mantuvo con Juan Pablo II cuando éste lo visitó en prisión.El libro de Agca salió a la venta en Italia el pasado 31 de enero con el sello de la editorial Chiarelettere.â¿Tenemos que creer esta vez a Agca? Yo creo que noâ, escribe el P. Lombardi en un texto difundido a la prensa.El P. Lombardi señaló que éste no es más que un intento de hacer negocio y despistar a los investigadores, quienes relacionarÃan a Agca con delitos cometidos en Europa del Este.Agca âbusca ante todo de construir una primicia internacional: que el Ayatolá Jomeini, Irán, y el Islam naci-fascista, son la verdadera explicación de la voluntad de mater al Papa como punto crucial de la guerra final contra el odiado occidente cristianoâ, añade.En el libro, escrito en italiano fluido, el agresor âde origen turco-, da un giro a la conversación que mantuvo con el Papa Wojtyla el 27 de diciembre de 1983. El PontÃfice fue a visitarlo a la cárcel para ofrecerle personalmente su perdón y solo hablaron del tercer misterio de Fátima y de su milagrosa curación tras los disparos.La mentiraCasi tres décadas después de la conversación, Agca asegura que entonces confesó al Papa su âgran secretoâ pues trabajaba como sicario para el entonces ayatola Jomeini, el ex lÃder espiritual de los musulmanes iranÃes muerto en 1989.âAgca dice que hasta ahora respetó en riguroso secreto este encargo, y solo habrÃa confesado a una persona la verdad: Juan Pablo II. Después de un intercambio de palabras en referencia al tercer secreto de Fátima, el Papa le habrÃa interpuesto explÃcitamente una pregunta crucial: â¿Quién te ha mandado matarme?â y ante el malestar de Agca habrÃa continuado: âTe doy mi palabra de honor que cuanto me digas permanecerá siempre en secreto entre tú y yoâ. He aquà la respuesta desconcertante que desvela el âgran secretoâ: âFueron Jomeini y el gobierno iranà quien me ordenaron que te mataraâ â, escribe el portavoz del Vaticano.Según Agca, durante su conversación, el Papa le habrÃa invitado a convertirse al cristianismo y lo habrÃa repetido años más tarde de su puño y letra en una carta. Algo que âno es ciertoâ, subraya P. Lombardi.Por otro lado el portavoz del Vaticano aclaró que lo que sà eran frecuentes, eran las cartas de Agca hacia numerosos integrantes del Vaticano, incluido el Papa Benedicto XVI, y el mismo P. Lombardi. Nunca respondieron: en el libro de habla también de âdiversas cartas del entonces Cardenal Joseph Ratzingerâ, presentadas como âcartas espirituales en las cuales pide orar junto al Papa por mà y por mi conversiónâ (p.176).Agca sostiene que destruyó estas supuestas cartas. âTodavÃa era un combate islámico y no podÃa tener con él textos similares. Mira tú por dóndeâ, escribe el P. Lombardi.Para ser âescrupulososâ, el portavoz del Vaticano hizo las averiguaciones pertinentes y se entrevistó con las personas que mejor conocen el caso y que involucra el propio Agca en su libro. La lista incluye al antiguo secretario personal del Papa Wojtyla, Mons. Stanislaw Dziwisz âquien estuvo presente durante la conversación en la celda con el consentimiento del Papa -; el Cardenal Luigi Poggi, encargado de la redacción de un informe sobre el encuentro, que fue archivado bajo la categorÃa de Secreto Pontificio; y el anterior portavoz del Vaticano, JoaquÃn Navarro Valls.En sus páginas, Agca nombra una supuesta âpista islámicaâ que arrojarÃa luz sobre la desaparición de Emanuela Orlandi (la joven desparecida en el Vaticano en el año 1983), y además, pone en boca de Navarro Valls las siguientes declaraciones: âPodrÃa tratarse de fundamentalismos islámicos que se ilusionan con poder liberar a Agcaâ. âEl Vaticano parece haber comprendido. Hay un fundamentalismo islámico detrás del rapto de Emanuela y, por tanto, detrás del atentado a Juan Pablo IIâ, prosigue el texto.Pero Lombardi haya aquà una incongruencia total: Navarro Valls fue portavoz del Vaticano desde el 4 de diciembre de 1984, dato que parece habérsele escapado al autor. En referencia al enunciado, Navarro Valls explicó que nunca se ocupó de la desaparición de Emanuela, ni de haber hablado de una âpista islámicaâ.Por su parte, el Cardenal Dziwisz afirmó que el Vaticano nunca ha considerado digna de atención una âpista islámicaâ, y nunca se ha tomado en consideración algo similar dentro de los muros vaticanos.De esta manera, el portavoz del Vaticano ha cerrado el posible debate que pudiera surgir a raÃz del libro de Agca, quien en ningún momento, espetó palabra alguna de arrepentimiento, ni siquiera cuando fue visitado por el mismo PontÃfice.