REDACCION CENTRAL,
El Prefecto de la Congregación para las Causa de los Santos, Cardenal Angelo Becciu, presidió este sábado la Misa de beatificación de la religiosa italiana Clelia Merloni, fundadora de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús.
En su homilía pronunciada en la Basílica de San Juan de Letrán en Roma, el Purpurado afirmó que la vida de la nueva beata "estuvo marcada de manera impresionante por los sufrimientos y las tribulaciones: ¡La cruz fue el sello de toda su vida! Pero su mirada, especialmente en el momento de la prueba, siempre estaba dirigida hacia Dios".
Esto, dijo el Cardenal, fue más claro "cuando fue azotada por calumnias que determinaron su destitución del gobierno y luego incluso el alejamiento del Instituto que fundó. Fue el período de su calvario. Un calvario personal duro y agotador, hecho de soledad y aislamiento, de debilitamiento de la salud y miseria, al límite de la desesperación. Fue el momento del encuentro con su esposo, Jesús Crucificado".
"Así, con su vida dada en total oblación, fue la fundadora de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, testimoniando en su carne el carisma del Instituto. Un carisma actual y fascinante: ofrecerse total y alegremente al Corazón de Jesús para ser un signo vivo y creíble del amor de Dios por la humanidad".
La religiosa se caracterizó por su profunda vida de oración y por su lema "solo Dios". "Estaba tan apegada a la oración que la unión interna con Dios la llevó a saltarse las comidas. Cuando le preguntaban: 'Madre, ¿cómo puede vivir sin comer?', respondía que su comida era la oración", continuó el Cardenal.
"Precisamente porque era una mujer toda de Dios, fue una mujer toda de los hermanos, especialmente de los pequeños, los pobres, los simples, los indefensos. Su amor por Dios no podía sino reflejarse y encarnarse en el amor por el hombre".