VATICANO,
El Papa Francisco clausuró este sábado el Sínodo de los Obispos con un llamado a los fieles a defender a la Iglesia con la oración y la penitencia, de los ataques que el Gran Acusador realiza a causa de los pecados de sus hijos.
"Nuestra madre (la Iglesia) es santa, pero los hijos somos pecadores. Somos todos pecadores, no lo olvidemos", señaló el Papa ante los padres sinodales reunidos en el Vaticano.
Sin embargo, advirtió que "el Gran Acusador" aprovecha los pecados de los hijos para atacar a la Iglesia. "Dice en el primer capítulo de Job que gira y gira por la tierra buscando a quien acusar" y "en este momento nos está acusando fuerte" y "esta acusación se convierte en persecución".
El Pontífice añadió que las acusaciones del diablo también "se convierten en otro tipo de persecución, acusaciones continuas para ensuciar la Iglesia. Y la Iglesia no se ensucia: los hijos 'estamos todos sucios', pero la Madre, no".
Por ello, dijo, "es el momento de defender a la Madre: y a la Madre se defiende del Gran Acusador con la oración y la penitencia. Por esto he pedido, en este mes que culmina en pocos días, de rezar el Rosario, rezar a San Miguel Arcángel, rezar a la Virgen para que cubra siempre a la Madre Iglesia".
"Sigamos haciéndolo. Es un momento difícil, porque el Acusador a través nuestro ataca a la Madre, y a la Madre no se toca. Esto quiero decirlo de corazón al final del Sínodo", expresó.