En la festividad de San Juan Capistriano, patrono de los capellanes, el Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera, envió un mensaje a todos los capellanes del país y los alentó a renovar con firmeza el llamado que recibieron a ser testigos del Evangelio, sin perder esa "alegría incorruptible" de la que fueron ungidos.
"Sabemos que la santidad es la vocación a la que en primer lugar hemos sido llamados todos. Por eso pensar en un santo y conocerlo un poco más nos actualiza la posibilidad de esta concreción en la llamada", dijo Mons. Olivera.
San Juan de Capistrano "es un excelente ejemplo y modelo para imitar" que se "entregó en cuerpo y alma" "a la reforma espiritual del pueblo cristiano por medio de la predicación popular, pero, predicando el Evangelio más con su figura que con su palabra", dijo el obispo.
"Porque los santos sacerdotes tienen a Cristo como centro de sus vidas, tienen claro que son hombres para los demás y toda su vida predican y hacen presente al mismo Jesús, aceptando que es Jesús quien guía y conduce en el propio proyecto desprendido totalmente de sí mismo", explicó Mons Olivera.
En medio de un "tiempo cultural muy difícil, pero a la vez apasionante", de "actitudes agresivas y comportamientos bien paganos" los capellanes "estamos llamados a presentar con alegría la belleza del Evangelio", agregó.
"La alegría del sacerdote es incorruptible, aunque pueda pasar por momentos difíciles, puede estar adormecida o taponada por el pecado o por las preocupaciones de la vida, pero, en el fondo permanece intacta como el rescoldo de un tronco encendido bajo las cenizas, y siempre puede ser renovada", agregó.