MADRID,
La hermana María Victoria Azuara sufrió un derrame cerebral con afasia profunda, aunque los médicos aseguraban que no se recuperaría ni podría volver a hablar, ella misma ha contado a ACI Prensa cómo no le ha quedado ninguna secuela física ni psíquica de ese momento y que ha sido el milagro que ha permitido la canonización de la fundadora de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, la Beata Ignazia Nazaria.
La hermana María Victoria Azuara es una religiosa de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, ahora tiene 91 años y vive en Madrid (España), pero hace 10 años vivía en Bolivia, cuando sufrió un derrame cerebral intenso.
"De un momento a otro dejé de hablar, no sentí nada, perdí la memoria, no sabía cómo me llamaba. Me diagnosticaron un derrame cerebral intenso con afasia profunda. Entonces tenía 82 años y me dijeron que no me recuperaría", explica y recuerda que fue precisamente el 10 de octubre de 2010.
El tiempo pasaba y la hermana María Victoria continuaba cada vez peor, sin habla, por eso los médicos en Bolivia aseguraban tenía un pronóstico "pésimo".
Sin embargo según recuerda la religiosa a ACI Prensa, "la madre provincial dijo a los médicos: 'Se va a recuperar porque la va a curar nuestra madre fundadora'".
"Y a los 12 días empecé a hablar, y al igual que no sentí nada cuando dejé de hablar, tampoco sentí nada cuando comencé a hacerlo", recuerda.