Por ello, el Papa advirtió del peligro al que se enfrentan esos cristianos que viven su fe "como un hábito social". Son cristianos que dicen: "He recibido mucho del Señor, he nacido en una sociedad cristiana, he conocido a Jesucristo, he conocido la salvación", pero al mismo tiempo, con mucha facilidad se olvidan de Jesús.
"Ese hábito –continuó – nos hace daño porque reducimos el Evangelio a un hecho social, sociológico, y no a una relación personal con Jesús".
Recordó que "Jesús me habla, te habla, nos habla a cada uno de nosotros. La predicación de Jesús es para cada uno de nosotros".
El Santo Padre se preguntó: "¿Cómo es posible que aquellos paganos que, nada más escuchar la predicación de Jesús, van con Él, y yo que he nacido en una sociedad cristiana me habitúo y vivo el cristianismo como si fuera un hábito social, una vestimenta que me pongo para luego quitármelo?".
En este sentido, Francisco aseguró que quien actúa así se comporta con hipocresía, con la "hipocresía de los justos".
"Está la hipocresía de los pecadores, pero la hipocresía de los justos es el miedo al amor de Jesús, el miedo a dejarse amar. Y, en realidad, cuando hacemos esto, estamos tratando de gestionar nosotros mismos la relación con Jesús".