17 de noviembre de 2024 Donar
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Papa Francisco en el Sínodo: El discernimiento vocacional no es un eslogan publicitario

El Papa pronuncia su discurso en la apertura del Sínodo. Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)

En el discurso de apertura de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco recordó a los padres sinodales que el discernimiento vocacional "no es un eslogan publicitario"; "no es una técnica organizativa, ni tampoco una moda de este pontificado. Es una actitud interior que se enraíza en un acto de fe".

El Santo Padre explicaba así el sentido del tema del sínodo: los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. De hecho, el Papa dedicó gran parte de su discurso de apertura a insistir sobre la importancia de la escucha, tanto entre los padres sinodales como entre los miembros de la Iglesia y los jóvenes y, también, entre las generaciones adultas y las jóvenes.

El Papa afirmó que "el Sínodo que estamos viviendo es un momento de compartir". Por ello, invitó a todos los participantes "a hablar con valentía", integrando "libertad, sinceridad y caridad". "Únicamente el diálogo puede hacernos crecer", aseguró.

Al mismo tiempo, señaló que "a la valentía de hablar debe corresponder la humildad de escuchar". Además, subrayó que "el Sínodo debe ser un ejercicio de diálogo, sobre todo, entre todos los que participan. Y el primer fruto de este diálogo es que cada uno se abra a la novedad, a modificar su propia opinión gracias a lo que haya escuchado de los demás".

El Pontífice también señaló que "el Sínodo es un ejercicio eclesial de discernimiento". En este sentido, "la franqueza al hablar y la apertura al escuchar son fundamentales para que el Sínodo sea un proceso de discernimiento".

El Papa insistió en que "el discernimiento es el método y al mismo tiempo el objetivo que nos proponemos: Se fundamenta en la convicción de que Dios actúa en la historia del mundo, en los eventos de la vida, en las personas que nos encontramos y con las que hablamos".

En su discurso, Francisco recordó a los padres sinodales que "somos signo de una Iglesia en escucha y en camino. La actitud de escucha no puede limitarse a las palabras que intercambiemos en los trabajos sinodales". Este Sínodo presenta "la oportunidad, la obligación y el deber de ser signo de la Iglesia que se pone verdaderamente en escucha".

"Una Iglesia que no escucha se muestra cerrada a la novedad, cerrada a las sorpresas de Dios, y no ofrecerá resultados creíbles, en particular para los jóvenes, que inevitablemente se alejarán", advirtió.

Otra sugerencia del Papa a los Padres Sinodales fue "huir de los prejuicios y de los estereotipos". "Un primer paso en la dirección de escucha es liberar nuestras mentes y nuestros corazones de prejuicios y de estereotipos".

Así, aseguró que "cuando creemos que ya lo sabemos todo del otro, qué es lo que quiere, nos costará enormemente escucharlo en serio".

Especialmente sensible a estos prejuicios es la relación entre jóvenes y adultos. "Las relaciones entre generaciones son un terreno en el que los prejuicios y los estereotipos surgen con una gran facilidad, hasta el punto de no darnos cuenta".

"Los jóvenes están tentados a considerar a los adultos como anticuados; los adultos, por su parte, están tentados a ver a los jóvenes como inexpertos, de saber cómo son y, sobre todo, cómo deberían ser y comportarse".

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Por ello, afirmó que "los adultos deben superar la tentación de infravalorar la capacidad de los jóvenes, y de juzgarlos negativamente".

Por su parte, "los jóvenes deben superar la tentación de no escuchar a los adultos y de considerarlos viejos, trastos antiguos, pesados y aburridos, olvidando que es una tontería comenzar siempre de cero como si la vida comenzara solo con cada uno de ellos".

Asimismo, hizo un llamado a superar con decisión "la plaga del clericalismo" y a "sanarse del virus de la autosuficiencia". El clericalismo lleva a "interpretar el ministerio recibido como un poder para ejercer y no como un servicio gratuito y generoso que ofrecer". Por ello, aseguró que "el clericalismo es una perversión y es la raíz de muchos males en la Iglesia".

Ya en el final de su discurso, el Papa pidió a los Padres Sinodales "que el Sínodo despierte nuestros corazones".

 

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