VATICANO,
Durante el rezo del Ángelus presidido este domingo 23 de septiembre por el Papa Francisco Parque Santakos de Kaunas, Lituania, el Santo Padre advirtió contra los "impíos" que oprimen al pobre.
Frente a ellos, propuso este antídoto: "hacerse el último y el servidor de todos".
A partir de la lectura del día del Libro de la Sabiduría, donde se habla "del justo perseguido, de aquel cuya 'sola presencia' molesta a los impíos", el Pontífice contrapuso la actitud de aquel que recuerda los sufrimientos del pueblo con la de quien pretende eclipsar esa memoria con el "afán de primacía".
En la lectura del Libro de la Sabiduría, "el impío es descrito como el que oprime al pobre, no tiene compasión de la viuda ni respeta al anciano. El impío tiene la pretensión de creer que su 'fuerza es la norma de la justicia'".
"Someter a los más frágiles, usar la fuerza en cualquiera de sus formas: imponer un modo de pensar, una ideología, un discurso dominante, usar la violencia o represión para doblegar a quienes simplemente, con su hacer cotidiano honesto, sencillo, trabajador y solidario, expresan que es posible otro mundo, otra sociedad".
El Papa aseguró que "al impío no le alcanza con hacer lo que quiere, dejarse llevar por sus caprichos; no quiere que los otros, haciendo el bien, dejen en evidencia su modo de actuar. En el impío, el mal siempre intenta aniquilar el bien".