VATICANO,
Tras visitar a la Presidenta de Lituania en el Palacio Presidencia, el Papa Francisco pronunció un discurso ante las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático en el que recordó los grandes sufrimientos que el pueblo lituano sufrió en su historia: "detenciones, deportaciones, e incluso el martirio".
Sin embargo, el Papa destacó que "este pueblo tiene un 'alma' fuerte que le permitió resistir y construir".
El Papa subrayó que "esta visita se desarrolla en un momento particularmente importante de vuestra vida como nación al celebrarse los 100 años de la declaración de independencia".
"Celebrar los cien años de independencia significa detenerse un poco en el tiempo, recuperar la memoria de lo vivido para tomar contacto con todo aquello que los ha forjado como nación y encontrar allí las claves que les permitan mirar los desafíos presentes, y proyectarse hacia el futuro, en un clima de diálogo y de unidad con todos sus habitantes, de manera que nadie quede excluido", explicó.
En este sentido, destacó el carácter acogedor que la nación lituana ha mostrado a lo largo de la historia: "Durante su historia, Lituania supo hospedar, acoger y recibir pueblos de diversas etnias y religiones".
"Todos han encontrado en estas tierras un lugar para vivir: lituanos, tártaros, polacos, rusos, bielorrusos, ucranianos, armenios, alemanes…; católicos, ortodoxos, protestantes, viejos católicos, musulmanes, judíos…; han vivido juntos y en paz hasta que llegaron las ideologías totalitarias que quebraron la capacidad de albergar y armonizar las diferencias sembrando violencia y desconfianza".