Como es tradición, durante el vuelo el Pontífice envió un telegrama al Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarela, en la que ofrece "al Señor Presidente y a todos los italianos mi afectuoso saludo que acompaño con mi mayor y cordial deseo de paz y serenidad".
A lo largo del viaje, el Papa envió otros telegramas similares a los Presidentes de los países que sobrevolaba el avión papal: Croacia, Hungría, Eslovaquia y Polonia.
Dentro del avión, Francisco saludó a los periodistas que lo acompañan en este viaje y les dio las gracias por su compañía y trabajo en estos tres países, "tres países que se parecen, pero que son diferentes. Será un buen trabajo".
Al tomar tierra en el aeropuerto de Vilna, el Papa fue recibido por la Presidenta de la República de Lituania, Dalia Grybauskaitéová, junto con las autoridades civiles y eclesiásticas del país. Junto a ellos, dos niños vestidos con trajes tradicionales le ofrecieron al Papa un ramo de flores.
Finalizada la ceremonia de bienvenida, el Papa Francisco se trasladó al Palacio Presidencial, para realizar una visita de cortesía a la Presidenta.