El Cardenal Crescenzio Sepe hizo el anuncio durante la celebración de la fiesta litúrgica de este santo del siglo III. El Purpurado mostró el relicario que contiene la sangre de San Genaro para que los fieles comprobaran que efectivamente esta, normalmente coagulada, se había vuelto líquida. A continuación, como marca la tradición, agitó un pañuelo blanco para indicar que el milagro había tenido lugar.
Aunque habitualmente el proceso se produce ante la vista de los fieles congregados, el Arzobispado, por medio de un comunicado de prensa, señaló que en esta ocasión comprobaron que la sangre ya estaba licuada cuando abrieron la caja fuerte en la que se guarda el relicario.
La licuefacción de la sangre de este santo es un fenómeno inexplicable que se produce tres veces al año: el sábado anterior al primer domingo de mayo, con motivo de la traslación de los restos del santo a Nápoles; el día de su fiesta litúrgica, el 19 de septiembre; y el 16 de diciembre, aniversario de la intercesión de San Genaro para evitar los efectos de la erupción del volcán Vesubio en el año 1631.
Cabe recordar que en diciembre del año 2016 no se produjo el milagro, lo cual provocó cierta preocupación entre los fieles. Aunque el hecho de que no se licúe se suele interpretar como el anuncio de un desastre, esto no siempre es así.
De hecho, el proceso no siempre se produce del mismo modo: a veces tarda varias horas, o incluso días, en licuarse. En otras, como en esta ocasión, el milagro se produce antes de la celebración litúrgica, y en otras ocasiones, por motivos desconocidos, la sangre no se licúa.