VATICANO,
Hoy hace exactamente 33 años, el Papa San Juan Pablo II dirigió palabras de aliento a los sacerdotes y religiosos, una exhortación que cobra especial actualidad ante la crisis que vive la Iglesia en nuestros días.
"Mi aliento va sobre todo a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas de la Iglesia Católica. Ustedes son, queridos amigos, uno de los mejores signos vivientes de la madurez de sus comunidades. Tienen la gran responsabilidad de guiar y animar parroquias y grupos", dijo el Santo Padre al despedirse de Camerún el 16 de septiembre de 1995.
"Muchos cuentan con vuestro testimonio generoso y desinteresado de siervos fieles de Dios y de la Iglesia. Respeten los esfuerzos que han realizado al responder a la llamada del Señor. A través de la irradiación de vuestra fe, la luz de vuestra enseñanza y el ejemplo de vuestra perseverancia ayudan a los miembros de la Iglesia a construir juntos comunidades unidas y fervorosas", animó el Papa peregrino.
El Papa Wojtyla también dedicó algunas palabras a las familias y a los jóvenes: "Saludo a las familias que llevan adelante con coraje sus tareas: merecen que la sociedad les reconozca el rol insustituible por el bien de todos".
"Dirijo nuevamente mis saludos a los jóvenes también, para que construyan su futuro de manera positiva, abiertos a la dimensión espiritual de la vida, preocupándose siempre por ser útiles a los propios hermanos".
San Juan Pablo II también se dirigió a los "hombres y mujeres que tienen responsabilidades en la vida pública y en la económica. Espero que puedan contribuir a eliminar los obstáculos que todavía retrasan el desarrollo del que todos sus compatriotas deben poder beneficiarse".