PALERMO,
El Papa Francisco recordó, durante un encuentro con seminaristas, religiosos y sacerdotes en Palermo, Sicilia, que "la Iglesia no está por encima del mundo, sino dentro del mundo para hacerlo fermentar como levadura en la pasta".
Por ello, resaltó el Santo Padre, la Iglesia "debe apartarse toda forma de clericalismo: que en vosotros no haya actitudes altaneras, arrogantes o prepotentes".
En su discurso señaló que "para ser testimonios creíbles hay que recordar que antes de ser sacerdotes siempre somos diáconos; antes de ser ministros somos hermanos de todos. También el 'carrerismo' y el 'familismo' son enemigos que se deben expulsar porque su lógica es la del poder, y el sacerdote no es un hombre de poder, sino de servicio".
En su homilía, el Papa puso en relieve tres aspectos básicos de la vida sacerdotal del Beato Giuseppe "Pino" Puglisi, sacerdote siciliano asesinado por la mafia hace 25 años, "que pueden ayudar a nuestro 'sí' total a Dios y a los hermanos": celebrar, acompañar y testimoniar.
1.- Celebrar
"El sacerdote es el hombre de la entrega, de la entrega de sí mismo, cada día, sin herida y sin pausa. Porque la nuestra no es una profesión, es una entrega. No es una profesión, es una misión".